El tiempo, esa magnitud física cuyo valor es ignorado durante la juventud, pero muy apreciado en la vejez, ejerce a menudo de apremiante compañero de trabajo para los traductores jurados. Cualquier profesional del ramo conoce en sus propias carnes lo que es la presión de los plazos de entrega.
“Tengo un importantísimo negocio a puntito de cerrar con un cliente chino y necesito este documento traducido en veinticuatro horas”. Te sueltan entonces una considerable pila de papeles plagados de terminología especializada y estructuras complejas que precisan, además de la traducción literal, la interpretación adecuada del espíritu original del documento. Eso sin hablar de los matices culturales chinos a tener en cuenta a la hora de realizar la traducción.
Y todo en ello a entregar en un día. Casi nada. En estos casos es cuando sale a relucir la profesionalidad del traductor jurado. Serenidad, concentración y trabajo duro conforman el efectivo triunvirato con el que lidiar la angustiosa contrarreloj.
Calidad: la prioridad del traductor jurado ante los plazos de entrega
Sin lugar a dudas. Para convertirse en una referencia del sector, la única opción posible es entregar en el plazo convenido traducciones de altísima calidad. No sirve cualquier cosa. Eso es lo que diferencia a un traductor mediocre de un verdadero profesional.
En Andraca y Román, traductores jurados en Málaga, lo tenemos muy claro. No vale únicamente con conocer bien un idioma. Hay que ser capaces además de:
- Captar la interpretación correcta.
- Buscar la palabra adecuada.
- Llevar a cabo una redacción precisa.
De esta manera, el texto a traducir, ya sea en ruso, islandés o mandarín, será presentado al cliente con los criterios de calidad por los que nos eligió. La entrega en plazo es tan importante como la precisión y minuciosidad de la traducción jurada.
No dejarse dominar por el tic tac del reloj
En estos tiempos virtuales, la onomatopeya utilizada seguramente resulta demodé, pero más expresiva imposible. Al traductor jurado le retumba en el cerebro conforme las horas avanzan. El tiempo no se detiene, tanto si lo marca un reloj digital como uno analógico.
Ante la presión de Saturno devorando a sus hijos no queda otra que respirar hondo, relajarse y continuar sin distracciones una tarea que se domina a la perfección.
Indudablemente, el trabajo a contrarreloj somete a presión al profesional. Sin embargo, la manera de reaccionar ante ella es lo que, volvemos a repetir, diferencia a los buenos de los mediocres. Estos últimos solventan el encargo priorizando la entrega a la calidad. Lo que supone pan para hoy y hambre para mañana. El traductor válido, apasionado de su oficio, encara su lucha contra el tiempo como una prueba de adaptación y resistencia ante situaciones estresantes. Y las supera.
¿Cuánto se suele tardar en hacer una traducción jurada?
Depende. Varios factores intervienen a la hora de establecer un plazo de entrega. Estos suelen ser:
- Número de páginas del documento
Cuanto más extenso sea el documento a traducir más tiempo habrá que dedicarle. Un ejemplo claro es un certificado de nacimiento. Su longitud limitada y formato estándar facilitan una traducción rápida. Por lo habitual se tarda tres o cuatro días laborales desde la fecha de confirmación.
- Complejidad del documento
Cuando este requiere un alto grado de especialización técnica o legal para lograr una traducción precisa, el plazo de entrega se estira conforme aumentan las complicaciones. Y más lo hará si además de complejo es extenso. Por ejemplo, la traducción de un interminable contrato comercial plagado de numerosas cláusulas.
Nosotros siempre recomendamos a los clientes que nos entreguen una documentación clara y correctamente organizada. Es la manera más efectiva de robarle tiempo al tiempo. El traductor jurado sin duda lo agradecerá.
Cronograma del traductor jurado
Como acabamos de indicar, los plazos de entrega varían en función de la extensión y complejidad del documento. Pero para llegar a esta entrega, el profesional tiene pasar antes por las siguientes fases:
- Aceptación del presupuesto.
- Traducción del documento.
- Revisión por parte de otro profesional.
- Certificación y entrega al cliente.
Este proceso asegura tanto un trabajo efectivo y de calidad como el cumplimiento con los estándares jurídicos y administrativos obligatorios. Ninguno de los pasos citados puede saltarse a la ligera.
Ejemplo práctico ocurrido esta semana
El miércoles por la mañana recibimos la llamada de una abogada que necesitaba urgentemente para el día siguiente la traducción de un documento de dos páginas en árabe para un cliente. El jueves tenía cita en extranjería a la una de la tarde. ¡Corre mucha prisa! Tranquila, haremos el esfuerzo por tenérselo traducido a tiempo, a pesar de no tener apenas margen…
La situación sirve de magnífico ejemplo para mostrar que los traductores jurados somos los últimos de la cadena. La cita en extranjería, que suelen darla a tres meses vista, hace que el interesado vaya recabando tranquilamente la documentación (certificado de nacimiento, fe de soltería, expediente bancario…) confiado en el extenso margen temporal disponible. Pero como ya sabemos, el tiempo no se detiene nunca y al final llega el día de marras. ¡Anda, la traducción del documento! ¡Que mañana es la cita de extranjería! ¡Llama al traductor jurado!
Pues nada, toca solventar la urgencia, porque en Andraca y Román, traductores jurados en Málaga prima nuestra vocación de servicio y de satisfacción al cliente.
Trabajamos diariamente con empresas y profesionales de la Costa del Sol que nos encargan a menudo traducciones juradas con plazos breves o incluso de urgencia, como el que acabamos de contar. Para hacer frente a estas situaciones contamos con un experto equipo de profesionales acostumbrados a entregar traducciones con altos estándares de calidad en el plazo indicado.
Solo tienes que ponerte en contacto con nosotros y podrás confirmar que lo que decimos coincide plenamente con el resultado que ofrecemos.
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