Sin duda es un término que, a quienes han solicitado alguna vez los servicios de un traductor jurado, es posible que les resulte familiar. Suena a requisito importante. A documento misterioso y difícil de conseguir. Sin embargo, nada más lejos de la realidad. En el ámbito de la traducción jurada es un documento que se solicita a menudo y se obtiene con rapidez.
En Andraca y Román, como traductores jurados en Málaga, estamos acostumbrados a lidiar con este tipo de certificados habitualmente. Por eso te explicamos a continuación qué es y para qué es necesaria la Apostilla de la Haya.
¿Qué es la Apostilla de la Haya?
La Apostilla de la Haya consiste en un certificado que autentifica la validez de un documento público para que este sea reconocido en otros países que forman parte del Convenio de la Haya. Este procedimiento es esencial cuando necesitas presentar documentos oficiales en el extranjero, como certificados de nacimiento, títulos universitarios, o poderes notariales.
La ventaja del certificado es que permite simplificar, y por tanto acelerar, el proceso de legalización de documentos. Evita que tengas que desplazarte a una embajada o consulado para obtener el reconocimiento del documento por parte del país que corresponda. Ten en cuenta que dicho sello oficial agiliza la tramitación para los más de ciento veinte países adheridos al convenio. Gracias a ello puede desplegar sus efectos jurídicos internacionalmente.
¿Por qué es necesaria la Apostilla de la Haya en la traducción jurada?
La Apostilla de la Haya resulta crucial para que una traducción jurada sea reconocida legalmente en países extranjeros. Pero hay que tener en cuenta dos puntos importantes respecto a la Apostilla:
- Documento original: Si el documento que necesitas traducir procede de un país diferente al destino donde será presentado, es necesario apostillar el documento original antes de su traducción. La Apostilla valida la autenticidad del documento y facilita su aceptación en el país de destino.
Cuando te piden que tienes que apostillar el documento, el primer paso es apostillarlo y el segundo traducirlo para así poder incluir la apostilla en la traducción. Un trabajo exclusivo, este último, para traductores jurados, importante dato a tener en cuenta. La Apostilla de la Haya debe, por tanto, mostrarse siempre antes de la traducción jurada del documento oficial. La tramitación de la Apostilla de la Haya tiene lugar en el país de origen del documento, independientemente del país de destino o el lugar de la traducción.
- Apostillar la traducción jurada: Pues no, no hace falta. Es un error común entre los que la conocen de oídas pensar que tal traducción debe ser apostillada. Lo que necesita apostilla de verdad es el documento público original para, como indicamos antes, legalizarlo y certificar su autenticidad.
Las traducciones juradas se consideran traducciones con validez jurídica, ya que cuentan con la firma y el sello de un traductor oficial acreditado por las autoridades de su país. En nuestro caso, por el Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación.
Documentos que necesitan Apostilla de la Haya
Lo cierto es que la mayoría de los documentos oficiales precisan de la Apostilla para certificar su autenticidad. Teóricamente, en la Unión Europea no necesitan apostillar sus certificados públicos los estados miembros. No obstante, nunca está de más. Dependerá de lo que te solicite la autoridad competente ante la que tengas que tratar. Los que necesitan siempre son:
- Documentos judiciales: sentencias, poderes notariales, etc.
- Documentos civiles: certificados de antecedentes penales, certificados de nacimiento, certificados de matrimonio…
- Documentos notariales: testamentos, poderes, escrituras públicas…
- Documentos empresariales: patentes, escrituras de constitución, cuentas anuales…
- Documentos educativos: títulos universitarios, expedientes, certificados de notas…
¿Cuándo no es necesaria la Apostilla de la Haya en una traducción jurada?
Es importante destacar que la Apostilla de la Haya únicamente es necesaria cuando el documento va a ser utilizado en un país que forma parte del Convenio de la Haya. Si el país de destino no es miembro, entonces se deben seguir el proceso de legalización de firmas, como la certificación consular.
Aunque la Legalización y la Apostilla de la Haya tienen como fin validar un documento público en el extranjero, se trata de dos procesos diferentes. La legalización pueden llevarla a cabo funcionarios de embajadas o autoridades del país de destino. La Apostilla de la Haya, en cambio, únicamente pueden realizarla funcionarios del país que expidió el documento.
La diferencia fundamental entre ambos procesos es que la legalización es válida en todos los países del mundo. La Apostilla de la Haya solo en aquellos que forman parte del convenio.
¿Dónde ir para que te apostillen un documento?
En función del tipo de documento hay que dirigirse a un sitio u otro. En el caso de documentos públicos administrativos y judiciales existen las siguientes opciones:
- La Oficina Central de Atención al Ciudadano del Ministerio de Justica.
- Las Gerencias Territoriales del Ministerio de Justica y Oficinas Delegadas de Ceuta y Melilla.
- Las Secretearías de Gobierno de los Tribunales Superiores de Justica y de las ciudades de Ceuta y Melilla.
En el caso de tratarse de documentos privados o documentos notariales con firmas legitimadas ante notario, se puede acudir a los Colegios notariales o bien a aquellos notarios en quien deleguen. Respecto a los documentos públicos emitidos por la Audiencia Nacional y el Tribunal Supremo, toca dirigirse a los Secretarios de Gobierno de los respectivos tribunales o en quien ellos deleguen.
No obstante, ante cualquier consulta que te surja sobre si tu documento precisa de Apostilla de la Haya o no, ponte en contacto con nosotros. Te ofreceremos el asesoramiento rápido y efectivo que nos caracteriza como profesionales expertos de la traducción jurada.
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